Me cuesta aceptar que no puedo tenerte.
No puedo, simplemente, no puedo competir con tu manía loca
de volver a amar como lo hiciste.
Pena siento, por que sé que podría haberte hecho tan feliz...
de que podríamos haber aprendido a volar juntos, llegar a las nubes y volver
a caer sobre el pasto húmedo de una pradera.
Aún siento el abrazo, tu mano en mi rostro, aún huelo
a tí, envuelto en tu mirada, tu ausencia.
Aunque no ha sido fácil esta situación dando pasos en falso,
pero me encantaría dibujar en tí mis manos, mi alma;
pero siento ese frío de que no estas aquí.
Ese frío que me entumece hasta los huesos,
que se transforma en calor cuando te veo de nuevo, te miro y te toco.
No sabes cuanto ansío tu mirada, no te lo imaginas...
mi ser se siente incompleto sin tu voz.
Tantos dias ya es suficiente, que no te puedo sacar de mi mente, donde
danza tu imagen constante, tus ojos de estrella, tu cara de angel,
tu pelo de ilusiones, tus labios de múltiples colores canciones.
tu fragil ternura, esperando al hombre de tus amores, que no dejará de llenar tu eternidad con locuras, momentos, música, olvido y pasión.
Para tí PRINCESA MÍA, escribo sin sentido...
por tí, momento sagrado; un día más le pido a Dios para poder verte,
un atardecer más al mar le pido, para que nuestras miradas se crucen,
y que con vivir y sentir, hagamos de nuestra velada
un estruendo de besos.
Me encantaría perderme en tu locura,
en tu día y en tu noche,
saber que puedo sólamente estar ahí, para poder acariciarte.
TOBIAS
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